Cuando me convertí en el tipo de mujer que se acuesta con dos hombres en un día? (y no, eso no resuelve el problema del post anterior).

Lo cómico es que paso sin darme cuenta, no, en serio, cuando vine a llegar a mi casa y ya estando en mi cama fue que caí en la cuenta de que oh, someone got super slutty today; pero la culpa no la tengo yo, nonono... la culpa la tiene el vino barato y ese instinto primitivo que a veces no se controla por muy civilizada que una sea.

El primero fue con una curiosidad que me quería quitar de encima hace un tiempo... a esa curiosidad le llevo diez años, si... en que me estoy convirtiendo?! (lea esa última frase con un chin de sarcasmo por favor). Las cosas ahí no salieron exactamente como yo quería y quizas ni como él queria, pero no fue culpa de nosotros, y bueno, ya habra otra ocasión para completar.

El segundo fue con una ficha conocida, E. Con ese E del que tanto y tanto he hablado en  este blog, ese por el que sufrí tanto, unju, ese mismito; yo no se cual de los dos es más sinverguenza si él o yo. Ya yo me he resignado a que esa relación tan rara va a seguir por los siglos de los siglos, hasta que uno de los dos se muera o hasta que uno de los dos ponga un océano de por medio. Lo tal es que yo aprendí a ver a E, como lo que es y a darle el único uso que le puedo dar, lo único en lo que somos compatibles.

Eso si,  más nunca vuelvo a beber vino...